domingo, 6 de abril de 2008

¿Quienes somos?

Somos un grupo de estudiantes que desde el año pasado nos juntamos para construir una alternativa que coloque a la facultad de cara al pueblo, que interprete nuestra realidad nacional y latinoamericana desde una lógica propia y no solamente desde teorías extranjerizantes.

Decidimos construir, en nuestro espacio por excelencia, la facultad, una alternativa desde la cual podamos disputar las trincheras ideológicas, desde donde volvamos a creer en nosotros mismos, como jóvenes capaces de transformar la realidad del hoy, de soñar un mañana mejor, de despertarnos y ser parte de la historia construyendo el mundo en el que vamos a vivir...

Luchamos por una sociedad en donde las universidades creen intelectuales que sirvan como base de apoyo de un modelo nacional y popular de cara a las masas populares. Es esencial el lugar en donde se vuelca el capital simbólico para lograr transformar la realidad cotidiana de los argentinos y argentinas, principalmente de aquellos más vulnerables.


¿Qué buscamos?

Nos hemos propuesto recuperar el espacio productivo que debe corresponder a la política universitaria, concebida como instancia insustituible que, contemplando la diversidad, contribuya a vincular e incluir activamente al estudiante en torno a un proyecto común.

Orientadas en un sentido contrario, las políticas de vaciamiento deliberado del concepto y la imposición política encuentran en la Universidad un paradójico correlato: el discurso de la gestión no – ideológica avanza impulsado por agrupaciones de militantes rentados, disolviendo el ámbito de lo político en meros tramites administrativos que contemplan la individualidad o el rédito electoralista. La participación del estudiante se canaliza entonces mediante una convocatoria pasiva que no contribuye al enriquecimiento y la democratización de las decisiones. Las agrupaciones parecen ser entonces una proyección administrativa de la burocracia universitaria. En tanto, paralelamente a aquel avance, la impugnación violenta de toda decisión política que huele a contrario disuelve cualquier posibilidad de participación constructiva. La violencia es muda y no sabe de palabras, entiende al disenso como un obstáculo a la imposición sorda de su voluntad.

Secuestro Express o premeditado, la política universitaria deambula a merced de sus captores, alejada de los estudiantes y de su marco de desenvolvimiento. Prisionera en los márgenes de una sociedad que demanda su sentido activo e inclusivo, debe recuperar su contribución critica a un proyecto de país, desde adentro y con propuestas sólidas y concretas. Política y trabajo son senderos que se intersectan, pero que conducen a un destino común: la realización personal y colectiva, siempre en el contexto de una sociedad democrática, inclusiva y justa. En ese camino debe vislumbrarse la Universidad para el siglo XXI, DONDE TRABAJO y POLITICA, espacios de encuentro, de vinculación y construcción colectiva, sean expresiones genuinas del compromiso activo y la formación académica.

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